Lacunza condenado por el Santo Oficio

Manuel Lacunza condenado por el Santo Oficio

En Sursum Corda, nos adherimos total y absolutamente a lo que Jesucristo enseñó y la Iglesia Católica mantuvo y mantiene. Por eso estamos obligados a rechazar todas y cada una de las herejías y  todos y cada uno de los errores que la Santa Iglesia condenó. Entre ellos se encuentra el libro y las doctrinas milenaristas del presbítero chileno Manuel Lacunza Díaz, publicadas bajo el pseudónimo de Juan Josafat Ben-Ezra. El siguiente documento, que hemos tomado de Foro Católico demuestra y deja bien en claro que la Iglesia Católica condenó la doctrina del milenarismo y decretó que no puede enseñarse SIN PELIGRO.

Todo católico debe someterse y comprender bien este documento donde se advierte que el mileniarismo no puede ser enseñado, no puede ser defendido y no puede ser propagado. Quien lo haga, o ponga pretextos, desobedece a la Iglesia Católica, que es la verdadera intérprete y guardiana de las escrituras. Recordamos, sobre a todos los que gustan de darse de «apocalípticos», recordar aquel hermoso pasaje de Apocalipsis 14: 12: «Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.»


     Desde los primeros siglos de la Iglesia no han faltado partidarios del milenarismo.

     Algunos libros apócrifos del judaismo precristiano, como el libro III de los Oráculos sibilinos, el libro de Enoc etiópico, el libro de los Jubileos y el Apocalipsis de Baruc, hablan de los tiempos venideros, en los cuales las fieras salvajes se amansarán, los hombres gozarán de toda clase de bienes materiales, vivirán tantos o más años que los patriarcas antediluvianos y serán de estatura gigante. Esta concepción, que unas veces va unida a bienes espirituales y a la presencia del Mesías y otras nada tiene que ver con éste, presenta en los diversos libros duración distinta, y es la que se conoce con el nombre de milenarismo craso.

     De los judíos pasó a los primeros cristianos, que creyeron ver un fundamento para ella en la afirmación del capítulo XX del Apocalipsis de San Juan, según la cual Cristo habrá de reinar mil años con los justos antes del juicio final (El pasaje es oscuro, como todo el libro del Apocalipsis; pero no habla de cuerpos resucitados, y puede cómodamente entenderse del espacio que media entre la muerte y el juicio final, durante el cual Cristo reina en el cielo con los justos). Cerinto y los ebionitas, según Eusebio, participaron de esta creencia (Historia Eclesiástica III 28: MG 20, 275); la supone el capítulo XV de la Epístola del Pseudo-Bernabé, y la aceptan San Papías (Cf. Funck, Patrum Apostolicorum opera, vol.2, Papiae Frag. I), San Justino (Dial, cum Tryph.. MG 6,663), San Ireneo (Adversus haereses, V 31. MG 7, 11210-1218), Tertuliano (Adversus Marción, III 24: ML 2355) y otros de menor importancia. Todos éstos habían de un reinado espiritual de Cristo sobre la tierra, bien sobre los hombres que en ella viven, bien sobre los justos resucitados, pero siempre antes del juicio final. Esta forma de milenarismo suele llamarse milenarismo mitigado.

     Ya San Justino, en el lugar citado, decía que muchos buenos católicos no lo admitían. Y así lo rechazaron expresamente Eusebio, Orígenes, Dionisio Alejandrino, San Basilio, San Jerónimo y San Agustín; cuyo argumento principal es que la Iglesia sólo admite en el Símbolo una doble venida de Cristo: la primera a redimirnos y la segunda a juzgarnos.

     El presente decreto del Santo Oficio declara que el milenarismo mitigado no se puede enseñar con seguridad. Con esta declaración oficial obtiene valor para la Iglesia universal la precedente respuesta privada del mismo Santo Oficio al arzobispo de Santiago de Chile, de 11 de julio de 1941, a propósito de un brote reciente de estos errores en el territorio de su jurisdicción (Véase el texto latino con las Annotationes del P. Silvio Rosadini en Periódica, 31).

     La carta del Santo Oficio decía así:

«Palacio del Santo Oficio, 11 julio 1941.Excmo. y Revdmo. Sr. :     Se ha recibido en este Santo Oficio la carta número 126/40, de 22 de abril de 1940, en que V. E. daba noticia de que en esa archidiócesis había quienes defendían el sistema de los milenaristas espirituales y que cada día iba en aumento el número de los admiradores de tal doctrina y de la obra del P. Lacunza Venida del Mesías en gloria y majestad. Al mismo tiempo, V. E. pedía a la Santa Sede las normas oportunas.     Llevado el asunto a la reunión plenaria del miércoles día 9 de este mes, los Emmos. y Revdmos. Cardenales de esta Suprema Sagrada Congregación mandaron responder:     El sistema del milenarismo aun mitigado —o sea, del que enseña que, según la revelación católica, Cristo Nuestro Señor ha de venir corporalmente a reinar en la tierra antes del juicio final, previa la resurrección de muchos justos o sin ella— no se puede enseñar sin peligro.     Así, pues, apoyándose en esta respuesta y en la condenación ya hecha por este Santo Oficio de la obra del P. Lacunza, V. E. procurará vigilar cuidadosamente para que dicha doctrina bajo ningún pretexto se enseñe, propague, defienda o recomiende, sea de viva voz, sea por cualquier escrito.     Para conseguirlo podrá emplear V. E. los medios necesarios no sólo de persuasión, sino también de autoridad, dando, si fuere oportuno, las instrucciones que fueren necesarias a los que enseñan en el seminario y en los institutos.     Y si surgiere algo de mayor gravedad, no omita V. E. comunicárselo al Santo Oficio.     Aprovecho la ocasión para testimoniarle el sentimiento de mi estimación y quedo de V. E. afectísimo, F. Card. Marcchetti Selvaggiani. — Excmo. y Revdmo. Sr. D. José M. Caro Rodríguez, arzobispo de Santiago de Chile.» 

 La precedente carta habla de un milenarismo que se enseñara como perteneciente a la revelación cristiana. El decreto del Santo Oficio para la Iglesia universal prescinde de las razones que dicho milenarismo invoque en su favor. 

     En estos últimos tiempos se ha preguntado más de una  vez a esta Suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio qué se debe pensar del sistema del milenarismo mitigado, que enseña que Cristo Nuestro Señor antes del juicio final, previa la resurrección de muchos justos o sin ella, ha de venir visiblemente a reinar en esta tierra.

     Propuesto el asunto a examen en la reunión plenaria del miércoles 19 de julio de 1944, los eminentísimos y reverendísimos señores cardenales encargados de la tutela de la fe y de las costumbres, oído previamente el voto de los reverendos consultores, decretaron responder que el sistema del milenarismo mitigado no se puede enseñar con seguridad.

     Y el día siguiente, jueves 20 del mismo mes y año, nuestro Santísimo Padre Pío, por la divina Providencia Papa XII, en la acostumbrada audiencia concedida al excelentísimo y reverendísimo asesor del Santo Oficio, aprobó, confirmó y mandó publicar esta respuesta de los eminentísimos Padres. 

     Dado en Roma, desde el Palacio del Santo Oficio, a 21 de julio de 1944.—J. Pepe, notario de la Suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio.

DOCTRINA PONTIFICIA
Documentos Bíblicos
B.A.C.

Autor: SursumCorda

Administrador principal de Sursum Corda

25 opiniones en “Lacunza condenado por el Santo Oficio”

  1. Pregunto:Si la primer venida de Cristo entre el nacimiento y la cruz pasaron 33 años, en la segunda por qué no pueden pasar 1000?Nadie habla (en el ámbito católico) de 3 venidas, sino de 2.Dice el credo que Nuesto Señor que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció y fue sepultado… Todo eso no pasó el mismo día.

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  2. Querido amigo,Muchas gracias por el texto que me envió. Lo he leído y me gustaría poder hacer un comentario al respecto muy pronto. No obstante tengo varios trabajos inconclusos: Publicar aquí un adelanto de mi traducción del Mateo Hebreo, un estudio sobre la Biblia Nacar-Colunga, finalizar mi estudio bíblico sobre la doctrina del \»rapto de la Iglesia\».No obstante puedo adelantar una cosa: La opinión que yo pueda tener de poco vale, lo que vale es la enseñanza de la Iglesia, que en el caso del milenarismo lacunziano es muy clara. Yo creo que existe, en buena parte por culpa de ciertos presbíteros que no leyeron a Lacunza, una idea torcida de lo que Lacunza y otros de su especie escribieron y predicaron, y que la Iglesia ha condenado.Como católico rechazo lo que la Iglesia rechaza, y eso incluye el milenarismo lacunziano.

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  3. Entonces ¿qué se hace con el capítulo XX del Apocalipsis?Porque, al contrario de lo que dice el post, este capítulo XX es muy claro y nada oscuro. En ese capítulo, no hay bestias con muchas cabezas, ni dragones de colores ni bandadas de langostas con armadura etc. Dice llanamente que los que resuciten en la Parusía vivirán y reinarán con Cristo 1000 años. Si \»resucitan\», evidentemente tendrán cuerpos materiales. ¿Si es para reinar en el Cielo, para que necesitan resucitar?¿No esta ya reinando Jesús en el Cielo? Luego, ¿Dónde va a ser ese \»reino\» sino en la Tierra?Es una pena que el Santo Oficio no nos dijera que podemos pensar de esto sin peligro. Aunque coincido con el Santo Oficio en que es un asunto peligroso…

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  4. Quiero agregar algo, Por lo que entiendo, los decretos del Santo Oficio, no son infalibles. Varios libros estuvieron en el Indice y luego ellos mismos los dejaron de poner. Por lo tanto, el antimilenarismo no es un dogma o doctrina que haya que creer obligatoriamente (desde luego, tampoco el milenarismo).Tampoco el SO dice que el milenarismo sea herético o un error. ¿Porqué no zanjó el SO y dijo \»Es un error\» o \»No es un error\»? Para mí que no sabían si era un error o no, y tomaron una decisión prudencial. Si no se puede enseñar sin peligro, será porque hay peligro de que sea errónea, es decir que no se puede enseñar como algo que este definido que es verdad, o algo que haya sido siempre creído unánimemente. Pero supongo que se podrá pensar en ello como una posibilidad exegética, como hay quien piensa que el dragón rojo es satanás, y hay otros que piensan que es el comunismo, o hay quien piensa que la mujer vestida de sol es la Virgen y otros dicen que representa la Iglesia, Etc.Entonces ¿que es lo que se puede enseñar del Apocalípsis sin peligro? es decir con seguridad. Nada, porque no hay una exégesis oficial del Apocalipsis, ni la puede haber porque es una profecía y las profecías se entienden a posteriori. Las profecías no están para darnos doctrina si no para que medio veamos el signo de los tiempos, y para mostrarnos el poder de Dios, que tenía toda la Historia prevista desde la eternidad.

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  5. Hermano, debemos entender el texto en su contexto, en caso contrario tendremos un pretexto.Si vamos a interpretar el Apocalipsis de manera literal, entonces dígame ¿Cómo entiende usted el capítulo 7?

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  6. Vayamos por parte. La función del Santo Oficio era la defensa de la fe y la correcta hermenéutica de la doctrina católica. De esa manera, decir que el Santo Oficio no podía establecer si una obra era herética, errónea o peligrosa, implica decir o creer que la Iglesia falla en su capacidad interpretativa. Además, cuando los decretos eran aprobados por el Santo Padre se convertían en una cuestión de magisterio.Ahora, como usted bien dice, si hay peligro de enseñarla y un presbítero insiste en enseñarla y hacer de esta cuestión un dogma de fe, ese presbítero está desafiando abiertamente la ley y la doctrina de la Iglesia. Ese presbítero o ese fiel entonces adopta una postura similar (cuando no emula, directamente) a los jansenistas.La exégesis del Apocalipsis existe, figura en las Biblias con sanos comentarios, figura en los tratados de escatología cristiana, figura en los padres de la Iglesia y en el mismo magisterio, porque, precisamente, como usted bien dice:\»Las profecías no están para darnos doctrina si no para que medio veamos el signo de los tiempos, y para mostrarnos el poder de Dios, que tenía toda la Historia prevista desde la eternidad.\»Y hoy vemos esos signos, hoy vemos esas señales.EN Cristo Nuestro Señor,Raúl

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  7. Espero con gusto los estudios que Ud. anuncia en el post. El P. Antonio van Rixtel dice que el decreto del Santo Oficio toma una medida prudencial y que no impide el estudio de la cuestión. Especialmente por el momento en el que fue publicado. De hecho es verdad que no dice que esa doctrina sea herética sino que no puede ser enseñada sin peligro. No nos queda claro si ese peligro ya pasó o sigue vigente. También es interesante lo que argumenta Menédez y Pelayo sobre la hortodoxia de Lacunza y los motivos por los que él considera que su obra fue puesta en el Index. En fin. Por ultimo me parece importante recordar que el gran difusor de este tema (en Argentina) fue el P. Leonardo Castellani.

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  8. Querido hermano en Cristo,Gracias por su comentario. Las cuestiones disputadas pueden ser estudiadas, siempre sin quitarlas de contexto y siempre remitiéndonos a la enseñanza de la Iglesia. Lamentablemente, algunos presbíteros y doctores se han atrevido a ir en contra de los consejos de los Padres y de la Iglesia, poniendo las doctrinas lacunzianas como dogmas de fe y anatematizando a quienes las rechazan. De esta manera, esos presbíteros demuestran una gran temeridad y abuso.Al presente, y máxime teniendo en cuenta la falta de una autoridad visible en la Iglesia, estos temas deberían ser evitados y tendríamos que ajustarnos a lo que la Iglesia manda: la doctrina mileniarista de Lacunza no puede ser enseñada sin peligro, es decir, ella es peligrosa y por lo tanto es próxima al error. La Iglesia la rechazó en su momento y debemos rechazarla más aún hoy.Creo que, si leemos a Lacunza nos daremos cuenta por qué es peligrosa y por qué debe ser rechazada. Yo he tenido la posibilidad de leer los tres tomos y encuentro graves problemas en el método que utilizó este jesuita.Finalmente, quiero aclarar que el jesuita Leonardo Castellani no es santo de mi devoción. Tengo una opinión muy pobre de él y de su obra. Creo que, como nuestro país no dio grandes pensadores católicos, Castallani está sobre-dimensionado. En Cristo Nuestro Señor,Raúl

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  9. Coincido en que no se puede enseñar como cosa de fe, porque es una mera interpretación o exégesis. Hay que decir que existe un problema con las exégesis del Apocalipsis y es que no hay unanimidad en la Iglesia. No se puede decir \»la Iglesia dice, o ha establecido, que tal símbolo del apocalipsis es tal cosa\». Evidentemente, la Iglesia nunca va a comprometerse de esa manera, porque si no el Apocalipsis no sería una profecía, sería una máquina del tiempo que nos permitiría ver el futuro.Esto de que no hay unanimidad de criterio se ve, por ejemplo, en la biblia de Straubinguer que trae un larguísimo comentario del pasaje milenarista del capitulo XX que comienza diciendo:\»Fillion díce a este respecto: \»Después de haber leído páginas muy numerosas sobre estas líneas, no creemos que sea posible dar acerca de ellas una explicaci6n enteramente satisfatoria…\»

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  10. Hay un pequeño artículo en 8 partes en el blog En gloria y majestad sobre la cuestión de Lacunza y el Santo Oficio que parece estar bien escrito y fundamentado.

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  11. Estimado en Cristo, este es mi primer comentario en su blog. Espero que sea para bien. Ante todo quiero aclarar que no pretendo apuntar directamente sobre el tema concreto del Milenarismo mitigado, sino sobre la cuestión más general de la fórmula “Tuto doceri non potest” (no se puede enseñar con seguridad). Para lo cual traigo dos textos. El primero del sacerdote redentorista Rev. Francis J. Connell, publicado en 1946: “No es infrecuente que el Santo Oficio, en la condena de una doctrina, emplee la fórmula:Tuto doceri non potest, o una frase similar. Cualquier decisión expresada con esta fórmula se basa en el status quaestionis de hecho predominante, considerando los argumentos que se han presentado hasta ese momento; en consecuencia, no excluye necesariamente la posibilidad de que los hallazgos posteriores pueden revelar nuevos argumentos o un nuevo aspecto del problema que permita la doctrina que ahora está condenada ser sostenida, al menos como probable.Por supuesto, las decisiones, del Santo Oficio, incluso cuando se aprueban de forma ordinaria por el Sumo Pontífice, no son pronunciamientos infalibles, por lo que, hablando en términos absolutos, la condena del Santo Oficio podría ser probada errónea en una fecha futura y la doctrina proscrita en esta decisión podría llegar a ser sostenible”.La posición del Rev. Connell se apoya en el caso del “Comma Iohanneum” y en las dos respuestas que dio el Santo Oficio a esta cuestión como se verá a continuación. El segundo texto que traigo es el de la declaración del Santo Oficio con la que se distancia de la respuesta que había dado en 1897 sobre el “Comma Iohanneum”. A la pregunta “Si puede negarse con seguridad, etc” (utrum tuto negari possit) había respondido que “No” (negative). Ahora en 1927 el Santo Oficio declara: “Este decreto fue dado para reprimir la audacia de los doctores particulares que se arrogaban el derecho o de rechazar totalmente o de poner al menos en duda en último juicio suyo la autenticidad del Comma Iohanneum. Pero no quiso en manera alguna impedir que los escritores católicos investigaran más a fondo el asunto, y pesados cuidadosamente los argumentos de una y otra parte con la moderación y templanza que requiere la gravedad de la cosa, se inclinaran a la sentencia contraria a la genuinidad, con tal que declararan que están dispuestos a atenerse al juicio de la Iglesia..”

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  12. Es interesante ver cómo los de foro emplean los mismos métodos de los hermanos Dimons y asociados…y por lógica llegan a resultados de la misma talla…unos negar el bautismo de deseo y desfigurar un dogma y otros(FC) denostar a lacunza teniendolo como el hereje que no es y el infiltrado filojudío de paso(psicosis típica de Fc).Si el copy paste y la interpretación personal estuviera patentado seria un gran negocio redituable.EL último comentario es coherente.En la web existen Material en R.cristiandad y En gloriaymajestad que pueden aportar luz a este eximió trabajo de Foro Caótico sin consultar ni la santa Iglesia ni a los santos Padres de más de tres siglos ni a un gran exegeta como Manuel Lacunza.saludos

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  13. \»la doctrina mileniarista de Lacunza no puede ser enseñada sin peligro, es decir, ella es peligrosa y por lo tanto es próxima al error. La Iglesia la rechazó en su momento y debemos rechazarla más aún hoy.Creo que, si leemos a Lacunza nos daremos cuenta por qué es peligrosa y por qué debe ser rechazada.\»…cito su comentario para Señalarle que la Iglesia no condena lo que lacunza enseña sino una derivación de su doctrina,que actualmente enseñan los protestantes de alguna variantes,por lo tanto la condena esta perfecta y es acertada…o para ser mas claros condeno una doctrina que no se enseñaba y que hoy se enseña en grupos sectarios como moneda corriente..asi que fue providencial.El demonio al no poder destruir una verdad la deforma y esto no es nuevo en su actuar.Ahora bien, decir que,la enseñanza de Lacunza por decirlo asi,(que no es otra que reconocer la letra cabal de la escritura en su contexto sin forzar ni la mas minima coma),enseña lo que la Iglesia condena…,es justamente desconocer lo que el ha escrito.como tambien dicho sea ,hacerlo acreedor de las deformaciones de grupos protestantes de sus doctrinas( como nombre mas arriba),entre ellos la Catholic Apostolic Church, los Plymouth Brethren y los Adventistas entre otros…que al fin de cuentas solo deforman la sagrada escritura..otra injusticia.Por ello,ya que ha leido su obra,le invito a citar he intruirnos de porque la señala cuasiheretica o la encuadra en la condena directa del santo oficio,nos haria bien a todos.No obstante en mi simplez de fiel, creo que La Iglesia no puede condenar a tres siglos de Enseñanzas de Santos Padres sobre este tema como si nada.. ya que entraria en una serie contradicción de la cual ahondar seria temeraria,ya que deberíamos afirmar que los santos padres enseñaron durante siglos cosas contrarias a la doctrina revelada…y murieron en ese estado y en ese estado fueron y son tenidos a pesar de sus enseñanzas…otra cuestion el alcance del decreto universal,y el alcance del decreto particular(chile) y la valia de uno y otro ante el orbe catolico.El chileno netamente restrictivo para poner un freno a la polemica hasta obtener una sentencia general, proscriendo la obra de Lacunza para analisis,y con esto poner un punto de corte,freno,paños de agua fria o como se pueda expresar…en pos de las almas(ante la polemica suscitada por un borrador sin corregir totalmente y no la obra terminada ,difundido por un mal amigo..) hasta analisis profundo.En el segundo el alcance y su conclusion supera al particular,restrictivo chileno,y lo suple condenando lo errado de dicho sistema de exegesis ….pero aun asi no teniendo alcance en la exegesis lacunziana,ya que el no afirma lo que directamente se condena.Por ultimo(a lo mejor se equivoco al tipear)la edición no consta de tres tomos sino de Cuatro,sino le falta leer un tomo o yo desconcozco la edicion que impresion de tres tomos.Solo le señalo esto porque puede ser que le falte leer el ultimo tomo referente al cielo digamos asi.No obstante nos interesaria saber(a sus lectores) cuales son los problemas que usted dice ha hallado en su sistema o método exegético,eso seria de mas interesante,ya que justamente el sistema que debe recurrir a la alegoria para poder salvar lo enseñado no es el lacunziano justamente.gracias por su tiempo Angelo

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  14. Angelo: la obra consta de 3 partes. Belgrano la editó en 4 volúmenes, pero la edición de Ackermann es en 3 volúmenes.No sé cuál edición leyó Raúl, pero entiendo que se refiere a las 3 partes.

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