Un escándalo subestimado: bosquejo

El siguiente artículo, de nuestro colaborador Stehel. Luego de haberlo analizado varias veces, creo que este texto (enviado como bosquejo y base para un post colaborativo) tiene la riqueza y profundidad de sobra para ser difundido tal como lo envió. El texto, de hecho, toca temas sumamente sensibles para el ambiente tradicionalista y nos obliga a ser completamente sinceros. Lo único que no es de la pluma del autor es el énfasis en algunas palabras o frases.

Fiel a su estilo, Stehel nos confronta con el Derecho, la Doctrina y la Historia de la Iglesia. Buena lectura.

-Si bien no es la primera vez que se habla de este tema merece toda atención uno de los más tristes fenómenos suscitados por el movimiento tradicionalista: la usurpación de las órdenes religiosas y por tanto la indebida apropiación de sus carismas y patrimonio espiritual.

Problemas con esto: (los pseudo religiosos tradis)
-Sin entrar en la cuestión canónica latente se les olvida que los institutos no son de derecho divino y propios de la divina constitución de la iglesia (instituidos por Jesús o los Apóstoles). No son como el Orden Sacerdotal, que puede ser válidamente transmitido sin tantos embrollos. Fueron fundados por inspiración del Espíritu Santo a una persona particular o particulares, o por una necesidad apremiante. Así la lícita pertenencia a las mismas y especialmente el carisma (gracias de estado) no son algo que el Papa o una autoridad eclesiástica dada puedan dar al primer fiel cristiano que se topen. Se transmite entre sus destinatarios. De ahí que los Ordinarios de Lugar (los obispos diocesanos y otros prelados con jurisdicción ordinaria propia o vicaria) y el Papa se limitaban simplemente a aprobar un instituto religioso cuando aparecía uno nuevo (derecho diocesano o pontificio). Y aún así esta aprobación solo significaba dos cosas: primero que su constitución y reglas no tienen nada contra la fe, segundo que dado que el instituto tiene una labor útil o encomiable entonces su trabajo debe continuarse permitiendo. Así en esa línea tenemos un razonamiento mínimo aceptable para entender el cómo y el por qué se permitió la restauración de la Compañía de Jesús -jesuitas- o por qué los sucesores de San Pío X permitieron la erección de institutos redundantes (como los Misioneros de Guadalupe fundados por el obispo apóstata Escalante y Escalante), o institutos francamente extraños algunos de los cuales causan abyección y revolvimiento de tripas a tradilandia y a los católicos con un mínimo de conocimiento de causa (como los Misioneros del Espíritu Santo -no la congregación de la que era Lefebvre sino la fundada por el P. Rougier siguiendo las ideas de Concepción Cabrera de Armida-, la congregación de los Legionarios de Cristo o el mismísimo Opus Dei). Por tanto los tradis no pueden simplemente pretender restaurar órdenes y congregaciones, por las razones de peso espiritual y teológico arriba expuestas, esto seguiría siendo aún cuando hubiera un Papa que pudiese aprobar algo. El Papa no puede repartir los carismas que por principio no tiene, de otro modo San Pedro Apóstol y no los santos fundadores habría fundado las Órdenes, Congregaciones e Institutos religiosos.

-Ni siquiera hacen bien [los tradicionalistas] la recreación de los institutos que pretenden reencarnar (desconocen casi siempre la historia y patrimonio de los mismos).

-[Tampoco] se informan cómo son los hábitos pertinentes, ni el uso que se debe hacer de los mismos (hecho fácilmente comprobable).

-En el tema litúrgico [los tradicionalistas], no saben o no les importa que cada instituto haya tenido sus propios calendarios y costumbres litúrgicas propias (así los franciscanos tenían su propio misal: Missale Romanum-Seraphicum), su variante autorizada del rito romano (uso benedictino, uso carmelita) o abiertamente ritos propios hermanos del romano (ritos dominico y cartujo).

-Por alguna razón ignoran que también en la iglesia oriental la vida religiosa existente desde la Antigüedad Cristiana así como en occidente la misma debió estandarizarse a instancias de los Papas y la Curia Romana: así teníamos la Orden Basiliana Rutena (monjes basilianos estandarizados por San Josafat Kuntsevicht), la Orden Salvatoriana Melquita (contraparte del patriarcado melquita de la susodicha orden basiliana rutena), las contrapartes femeninas basilianas, las monjas fundadas en Ucrania para su iglesia propia a principios del siglo pasado, los studitas restaurados por el hermano del Archieparca Metropolita Sheptitsky, la Orden Maronita Libanesa (de cuyo entorno salió el célebre Charbel Macklouf)

-Sin embargo y en honor a la verdad este triste fenómeno tiene varias excepciones que pueden ser verdaderos gérmenes de restauración al menos desde el punto de vista legal dada la transmisión de votos a manos de personas deputadamente autorizadas:

  • El hoy obispón [Julio Edmundo] Aonzo de Salvo profesó sus votos perpetuos en manos de un capuchino legítimo y verdadero: el Reverendo Padre Fray Eugene de Villerbaunne OFMcap o como se escriba.
  • Otro tanto sucede con los autoproclamados franciscanos observantes de Gringolandia que tomaron hábito del Reverendo Padre Fray Louis Vezelis OFM (obispón thucista) y profesaron en sus manos
  • Por las mismas razones algunos de los autoproclamados dominicos tradis están en la misma posibilidad, me refiero a aquellos que tomaron hábitos de manos del Reverendo Padre Fray Guerard Des Lauriers OP y de Fray Robert McKenna OP (sostengo que el primero jamás fue obispo y el segundo ni siquiera era sacerdote por haber sido “ordenado” por un Lienart italiano).
  • Si alguno de los “benedictinos” en la Fraternidad San Pío X o la Resistencia se convirtiera podrían ser objeto de la misma indulgencia por venir de un benedictino legítimo y verdadero: el Reverendo Padre Dom Fray Gerard Calvet OSB.

Hechos e ideas señaladas por el editor y fundador del blog -Raul- con los que coincido abiertamente o admito en parte:

  • Las órdenes religiosas, al menos en la iglesia latina fueron causa de mucha confusión entre los fieles y a veces germen de verdaderos disturbios (jesuitas vs dominicos en la cuestión de los auxilios de la gracia, por ejemplo). A veces los religiosos eran propias iglesias dentro de la iglesia y una fuente de dolores de cabeza para los Obispos Diocesanos, aunque a veces por el mal ejemplo de los segundos y el clero secular los fieles recurrían a los religiosos por tenerles mayor confianza.
  • Si hubiera una restauración el número de los religiosos se debería limitar a los institutos más antiguos y aún así jamás de los jamases se debe resucitar la Compañía de Jesús -jesuitas-, otro tanto con la Orden del Temple (caballeros templarios). Institutos redundantes o duplicados se deben suprimir o unificar (hay al menos 15 congregaciones que Stehle tiene conocimiento y son exactamente lo mismo: Misioneros de Guadalupe, Misioneros de Maryknoll, Misioneros de San Columbano, Misiones Extranjeras de París, Misioneros Xaverianos, etc).
  • Algo que muchos olvidan o ignoran es que para días de Pío XII las cloacas del modernismo no estaban tanto en los Seminarios Diocesanos o en el Clero Secular: así muchos modernistas conocidos de tradilandia eran religiosos, ejemplos: Congar-dominico, Botte y Beaudoin-benedictinos, Bugnini-lazarista, Teilhard de Chardin-jesuita, etcétera.
  • Un tema incómodo y del que no se habla mucho es que los infiltrados de carácter más malvado (no meros modernistas) entraron por las Órdenes Militares y de Caballería a donde tradicionalmente entraban muchas personas de alto poder económico, social y político. Creo que la Orden de Malta, la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén y demás jamás deben ser restauradas por esta razón.

Conclusiones
1.- Tradilandia debe abocarse a temas más urgentes como resolver la invalidez de sus órdenes (busquen un obispo ortodoxo o monofisita válido que al menos les conceda el diaconado y el presbiterado de forma absoluta o al menos bajo condición para asegurar la validez de su misa particular), la mala preparación de sus candidatos (pónganse a leer mucho y en orden, busquen la ayuda de alguien que sepa más que ustedes) y sus muchas disonancias con la Fe Católica (de la que proviene gran parte de la negativa de al menos intentar un principio de restauración, su negativa de unirse entre sí, sus desacuerdos en cuestiones capitales como la liturgia, etc) antes que a la vida religiosa.
2.- Si alguien insiste en creerse llamado a ello o ya está metido en eso pues al menos infórmese bien. No quiera inventar el hilo negro y apeguese a una regla o constitución ya aprobada. Haga las cosas bien, una investigación en internet o preguntar haciéndose pasar por civil a un religioso modernista es un buen principio. No haga rarezas y si va a restaurar la orden hágalo bien (déjese de tonterías y recree toda la jerarquía religiosa).
3.- Si quiere intentar restaurar un instituto que no tenga en tradilandia un principio de tradición con los religiosos legítimos (mencione ya varios casos de gente que sí tiene eslabón con los verdaderos religiosos) recuerde que por analogía si un religioso modernista de la congregación u orden A, B, o C se convirtiera podría reclamar legitimidad, así como se decía de los obispos ortodoxos cismáticos en días del concilio de Trento, que si se convirtieran en donde no había jerarquía católica restablecida en automático pasarían a ser los legítimos y verdaderos ordinarios de lugar.
4.- Recuerde en sus oraciones a los religiosos modernistas y a los monjes y monjas ortodoxos y monofisitas, para que se conviertan algunos.

Un comentario en “Un escándalo subestimado: bosquejo”

  1. El único que hizo bien (hasta donde sé) fue fray Eugene de Villebaurnne (lo escribiste bien) quien con su hermano de sangre que también era capuchino y con otro que tenia conocimientos en Derecho canónico lograron que se les conceda fundar un convento de su orden y que les permitan vivir la regla sin innovaciones (quizás creyeron, también admitir terciarios y hasta tienen capuchinas (fundadas en 1993, luego de la muerte de fray Eugenio). Hoy tienen tres conventos y el monasterio de capuchinas. Desconozco si habrá alguna irregularidad canónica, pero llevan la vida tal cuál lo manda su regla. Falta despegarse de la Neo-FSSPX.

    Otras comunidades amigas de la Neo-FSSPX son algunos monasterios de carmelitas descalzas que se mantuvieron firmes frente al Modernismo. Son comunidades históricas que fueron fundadas por hijas de Santa Teresa. Algunos de ellos hoy estan con Williamson.

    Otros se quedaron en su etapa diocesana, como uniones piadosas como las franciscanas de Cristo Rey en EE. UU.

    Luego vienen esos grupos de uniones piadosas irregulares que fueron fundadas y permitidas por «obispos» modernistas y que salieron de allí para conocer la verdadera fe católica como la «Familia de la Bienaventurada Virgen María» que estaban con la Neo-FSSPX y hoy siguen con Williamson.

    Y así podría seguir con otros, pero estos son ejemplos del estado en el que se encuentran estos grupos.

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