Una disculpa tras una charla con el pro. Basilio Méramo

Escribo este artículo breve con el único objetivo de realizar una serie de aclaraciones sobre el contenido de algunos artículos que publiqué en los últimos meses.

Como es bien sabido por los lectores de Sursum Corda, y por otros medios, he mantenido fuertes discusiones y disputas con el pro. Basilio Méramo. Las razones de esas discusiones fueron varias, pero se pueden resumir, en un principio a diferencias teológicas que, por cuestiones de carácter (quizás de ambos, seguramente por la común ascendencia siria) dejamos que subieran de tono.

Deseo hablar de lo que me toca a mi. Quiero expresar de manera pública mis sinceras disculpas por la forma en la que me dirigí al pro. Basilio Méramo. Fue una manera grosera que empañó y desdibujó cualesquier seriedad que los temas de fondo podrían tener. A pesar de las diferencias, el tono que emplee en contra de él es vergonzoso y censurable, un tono que no corresponde y que muestra una absoluta falta a los valores cristianos.

Por un correo electrónico del día 15 de febrero del corriente año le envié al presbítero Basilio Méramo le envié mis disculpas. Reitero: el tono que emplee y las formas por las cuales me referí a él no corresponde de ninguna manera con lo que se espera sea el comportamiento cristiano. Cualquier razón que pueda tener en los artículos que escribí, sobre cuestiones teológicas, quedan empañados por una forma de escribir y de expresarme totalmente reprensible. Delante de todos, y ante todo aquel que quiera leer esto, reitero mi pedido de perdón, primero al pro. Basilio Méramo, y luego a quienes han leído o lean en el futuro lo que escribí.

Autor: SursumCorda

Administrador principal de Sursum Corda

9 opiniones en “Una disculpa tras una charla con el pro. Basilio Méramo”

  1. No es la primera vez que pides disculpas por tu comportamiento, lo que demuestra por tu parte humildad y conciencia. Todos cometemos errores (e incluso los repetimos), pero sólo las personas buenas son capaces de reconocerlo humildemente, sin excusas (aunque las tengan) y de forma pública. Nuestra debilidad nos hace difícil muchas veces aceptar el mandato de Jesús para que todos nos reconocieran como sus discípulos… ¡Un saludo en Cristo!

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  2. Es un gesto amable y pacífico de tu parte, Raúl. Ojalá el Padre Méramo haya aceptado tus disculpas y sepa él también pedirlas.

    Es muy difícil para los católicos que nos topamos con tradicionalistas llegar a un acuerdo, tener un diálogo luego de una pelea o disputa. Son implacables, inmisericordes, almas endurecidas sin amor… Pero el cristiano debe dar el primer paso y lo has hecho.

    Gracias por tu testimonio. Bendiciones del Buen Dios.

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  3. Me alegro, es mejor arreglar cuentas con tu hermano mientras vas por el camino. Y hay que tener caridad, y espíritu de unidad y no de discordia, evitar los ataque personales en caliente.
    Dicho esto, agrego: lo que se dice en caliente es la expresión mas real de los pensamientos profundos, después viene la cabeza a decir que tienes que moderar. Lo que no va a cambiar es que las críticas que hiciste tienen una base real, con la que coincido.
    Yo sigo los sermones del Padre Méramo desde hace unos años, rescato el estilo frontal, la prédica de la segunda venida de Nuestro Señor (que no es exclusiva de él, también los hay en la Iglesia conciliar) el coraje del autodidacta que se la juega con sus ideas, y no me parece un comerciante del verso-tradi. Pero por otro lado se me hace difícil distinguir dónde empieza la persona y dónde el personaje, y si el personaje no se habrá comido a la persona.
    Lo escucho y trato de quedarme con lo que me sirve, debo decir que a veces me siento maltratado. Espero que acierte en todo, porque si no la lista de los que ha llamado imbéciles le va a pesar algún día. Me parece que cuando se mete en determinados jardines desparrama en vez de juntar. Pero bueno, no necesito tener siempre la razón y es saludable para el ego escuchar un sermón de alguien con el que estoy 50% de acuerdo, mientras al menos me parezca que hace su discurso con honestidad intelectual.

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  4. Muy bien. Ahora cierra el blog y todos seremos mas felices. No hace falta que un energúmeno como tu siga publicando la diarrea que te sale de la cabeza

    [Comentario de RM: Toda una muestra de redacción y pensamiento teológico. Espero que Dios le de a tu alma la paz que tanta falta te hace].

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    1. Es una pena que almas endurecidas como la de «Viejo lector» estén tan alejadas de lo que debe ser la actitud de un Cristiano. ¡Que Dios le perdone!

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  5. Estimado Raul Miguel, es admirable vuestra humildad y noeza que habla bien tanto de vuestra persona como de vuestras intenciones. Empero, conociendo al Pbro. Meramo como lo conocemos (y quien aqui escribe, tuvo la desdicha de tener un trato muy cercano a él) vuestra epístola solo servirá para ser tomada con burla y sorna de su parte porque, en su retorcido raciocinio, pensará que ha obtenido una victoria (que no lo es) alimentado su pútrido ego, algo que es común entre las gentes alienadas mentales. Va el caso de un joven en Bogotá, que se desvelaba en atenciones al sacerdote en cuestión, que pensaba esposarse con una joven española y, de manera inocente y esperanzada invitó al kurdo Meramo a una cena con la familia de la chica peninsular, buscando apoyo y aprobación en el preste quien de manera sorpresiva e insolente, inclemente, desfachatada, pérfida y traicionera abofeteó o apuñaló al joven (en lenguaje figurado, naturalmente) al empezar a revelar serios secretos de confesión de este durante la cena, llegando al extremo de endilgarle vicios que no cometía lo cual, esperable, redundó en el hundimiento del proyecto nupcial del desdichado, quien a su vez, años después apostataría de la Fe. Esto para aquellos que le prodigan algun afecto al presbítero de origen kurdo (que no sirio), sepan que es la moneda con la que les pagará muy seguramente. Ergo, Raul Miguel, aún cuando vuestro gesto es noble y encomiable está dirigido hacia alguien que no lo vale: ya la Escritura nos advierte de las perlas que no deben a los sainos ser arrojadas.
    Un abrazo y en oración, Raul.

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