El linaje de Gary Alarcón Zegada no tiene relación con Pío XII

En la imagen el falso obispo Gary Alarcón Zegada con la estola por encima de la casulla, un horror litúrgico

El problema de las órdenes sagradas es capital en el tradicionalismo. De hecho, el movimiento tradicionalista no tiene tanto como motor la fidelidad a la doctrina, como la necesidad de los sacramentos. En esta situación, se vuelve sorprendente la afirmación de algunos fieles de las distintas sectas tradicionalistas que hablan del “derecho a tener los sacramentos”. Los sacramentos no son un derecho, son una necesidad.

Esta idea extraña a la teología sacramental católica ha llevado a que ciertos grupos recurrieran a cualesquier tipo de obispo suelto o “vago” para conformar “comunidades tradicionalistas” y así erigir “congregaciones”, “uniones pías”, “fraternidades” o “sociedades”. Esta situación la tratamos en capítulos anteriores cuando analizamos el tema de la jurisdicción de los obispos en sede vacante:

Los obispos tradicionalistas y la jurisdicción usurpada: el caso de Juan José Squetino

Congregaciones religiosas, entre el tradicionalismo y el neo-donatismo

Sin embargo, cada tanto surgían algunos que pontificaban, bien desde la más crasa ignorancia, como es el caso de la secta que durante años regenteó Gary Alarcón Zegada, quien sostenía que la jurisdicción se transmitía con la ordenación (herejía condenada a los anglicanos y luteranos) y que en caso de sede vacante, la jurisdicción ordinaria recaería en los obispos tradicionalistas (imagino a un canonista revolviéndose en la tumba), una suerte de teoría de la retroversión de la soberanía suareciana para obispos sin misión canónica… algo tan raro que no encontré a ningún canonista que lo pudiera comprender.

Pero lo más extraño fue la afirmación “Sabemos que su Santidad Pío XII es un Santo Papa, Valido, del cual viene el linaje Santo de Monseñor Gary Alarcon, por medio de Monseñor Thuc.” Esto se publicó en el pasquín virtual “Católicos tradicionales” que mantiene el nieto de Gary Alarcón, Miguel Mendoza y donde promociona el changarro al que llaman «capilla». Esta nueva brutalidad se suma a otras tantas que ya cometió, como por ejemplo el cambiar la fecha de Pascua o insistir en el consumo de pescado en Semana Santa (sí, lo hizo, aunque luego dijera que no… Miguel Mendoza creía obligatorio comer pescado en la Semana Mayor).

Como Miguel Mendoza suele editar el contenido tras quedar como un tonto (por ejemplo, removiendo fotos en las que que se veía al senil obispón Gary Alarcón Zegada con la estola por encima de la casulla, violando las normas litúrgicas más básicas, o la carta pública que le escribió el presbítero veterocatólico Fernando Broemser), hemos capturado la reciente burrada de Miguel Mendoza.

Ahora ¿el obispo Thuc tenía el linaje de Pío XII? De ninguna manera. Me gustaría saber de dónde salió semejante estupidez. Este es el linaje del obispo vietnamita Pierre Martin Ngô Ðình Thục.

Patriarca Youhanan VIII Hormez, último patriarca de la Iglesia Nestoriana, también conocida como Iglesia Asiria. Reconocido por Roma en 1783, fue nombrado Patriarca de Babilonia de los Caldeos, uniato. En 1795 consagró al episcopado a Isaie Jesu-Yab-Jean Guriel

Obispo Isaie Jesu-Yab-Jean Guriel, obispo de Salamas, en Irán. Consagró en 1804 a Arzobispo Agustín Hindi

Arzobispo Agustín Hindi, arzobispo de Diarbekir, Turquía. Consagró en 1825 al Patriarca José VI Audu, Patriarca de Babilonia de los Caldeos.

Patriarca José VI Audu, Patriarca de Babilonia de los Caldeos. Consagró en 1874 consagró al Patriarca Pierre Élie XII Abbolionan.

Patriarca Pierre Élie XII Abbolionan, Patirarca de Babilonia de los Caldeos, consagró en 1910 al Obispo François Daoud (David).

Obispo François Daoud (David), Obispo de Amadiyah. Consagró en 1929 al Arzobispo Antonin-Fernand Drapier

Arzobispo Antonin-Fernand Drapier, delegado apostólico en Indochina, consagró en 1983 al obispo Pierre Martin Ngô Ðình Thục.

¿Dónde aparece Pío XII en todo esto? El linaje de Pío XII no tiene relación alguna con la Iglesia Asiria del Este, la Iglesia Nestoriana que hunde sus raíces en el cisma de Nestorio, Patriarca de Constantinopla condenado por hereje y que partió al exilio.

Por si alguien (Miguel Mendoza o algún que otro que aún pueda creerle) duda, aquí está el linaje apostólico de Pío XII:

Eugenio María Giuseppe Giovanni Pacelli – Pío XII (1917)

Giacomo Giambattista della Chiesa – Benedicto XV (1907)

San Giuseppe Melchiorre Sarto – San Pío X (1884)

Lucido María Cardenal Parocchi (1871)

Costantino Cardenal Patrizi Naro (1828)

Carlo Cardenal Odescalchi, renunció como cardenal y sus funciones episcopales para ingresar a la Compañía de Jesús (1823)

Giulio Maria Cardenal della Somaglia (1788)

Entonces ¿Qué relación tiene Gary Gonzalo Alarcón con Pío XII? Ninguna.

Repetimos: ¿El obispo vietnamita Pierre Martin Ngô Ðình Thục poseía el mismo linaje apostólico que Pío XII? No. Definitivamente no.

Pío XII y el obispo vietnamita Pierre Martin Ngô Ðình Thục, de una de cuyas subramas pretendía descender el terrorista Gary Alarcón Zegada no comparten el mismo linaje apostólico, ya que el de los Papas de Roma proviene de la línea latina-petrina, mientras que el de Thuc proviene, en cambio de la línea cismática de los nestorianos que se convirtieron al catolicismo a fines del siglo XVIII. Quienes quieran insistir, como el ignorante Miguel Mendoza Alarcón en lo contrario, están invitamos a exponer en qué momento y por medio de quién ambos «linajes apostólicos» se cruzaron.

El nuevo calendario litúrgico de la secta de Mendoza Alarcón

Por Raúl, para Sursum Corda.

Hace unos pocos días estaba tomando el té en la oficina de un colega, el cual se mostraba interesado qué andaría haciendo Julio Edmundo Aonzo. Le conté que hasta dónde sabía estaba nuevamente desaparecido tras el raíd de su segunda ordenación y consagración episcopal (más inválida, ilícita y rocambolesca que la primera) de manos de un senil Gary Alarcón Zegada en un psicodélico oratorio privado cuyo altar violaba todas las normas litúrgicas y del buen gusto; luego de un tiempo «prudencial», tras la muerte de su neo-consagrador esperó un tiempo para separarse del nieto de Gary Alarcón Zegada, el pinchadiscos Miguel Mendoza. Los acontecimientos fueron tan tristes como patéticos: amenazas, excomunión de Aonzo contra Miguel Mendoza, quien además dice ser «hermano» y «seminarista» (¿De qué seminario? ¿Acaso no sabe que aquellos que estudian de forma privada para el ministerio ordenado, no son seminaristas?), videos, y una decadente catarata de insultos y amenazas que terminaron con el obeso cholo neo-nazi abandonado por algunos de sus congéneres que se fueron tras Rojas, Aonzo, o simplemente se dieron cuenta que la secta de Alarcón estaba en estado terminal.

Sin embargo, quisiera destacar dos situaciones muy ineresantes: hoy una persona con una educación por debajo de la media puede armar una secta gracias a las redes sociales, y en segundo lugar, puede incluso construir un sistema «doctrinal» a partir de algunos fragmentos que fue recogiendo por el camino y algo que pudo haber aprendido de su abuelo, quien precisamento no era una luminaria. Teniendo en cuenta sus contactos con la organización fascistoide «Unión Juvenil Cruceñista» ha podido «sostener» (por decirlo de alguna manera) el changarro que armó su abuelo, quizás con la esperanza de vivir del cuento, como lo hiciera aquel.

Entre las «joyitas» de la nueva teología (imagino a Congar revolviéndose en la tumba por emplear ese término) está que ahora la «Misa Seca» se «celebra» (no se reza), sirve como entrenamiento de los estudiantes (confundió todo), se reza sobre un «altar» (¡y con las velas encendidas!) pésimamente armado, violando todas las leyes de la Iglesia y del buen gusto… pero no termina ahí, Miguel Mendoza redefinió las normas del ayuno de cuaresma y ahora es obligatorio el consumo de pescado (la Iglesia se equivocó por siglos al definirlo como un «indulto» o permiso), y lo mejor es la «teología sacramental» donde la infamia es motivo de invalidez de órdenes (¡Señor ten piedad de Bolivia!).

Pero lo mejor fue cuando queriéndo mostrarle a mi colega una foto del nuevo enemigo de Julio Aonzo, me topé con los anuncios de la «Semana Santa» en Bolivia. En efecto, Miguel Alarcón «realizó la Misa Seca de Jueves Santo» el 1ero de abril… unos trece días antes, y por supuesto hoy, domingo 3 la Pascua, de hecho ya anunció la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Lo malo fue que alguien que firmó como Ioanis Raskol (seguramente un pseudónimo para quien sepa algo de ruso) le preguntó si «han adelantado la Pascua». Pues así parece.

A los calendarios litúrgicos que ya todos conocemos (el gregoriano, el juliano y el juliano revisado) se suma el Calendario Boliviano de Mendoza Alarcón.

¿Dónde está la raíz de esta confusión? En que confundió el Jueves y Viernes de Dolores (que cayeron el 31 de marzo y 1ero de abril) con el Jueves y Viernes Santo (14 y 15 de abril respectivamente). Hoy fue el primer Domingo de Pasión, que en el calendario modernista sería el V de Cuaresma, y es previo al Domingo de Ramos.

¿Dónde quedó la época en la que los que descubríamos el horror del modernismo y la Iglesia Conciliar nos entregábamos a la lectura de los autores clásicos? ¿Qué fue de aquellos años en los que antes de creernos «salvadores de la Igelsia», nos poníamos a estudiar, pasábamos horas en bibliotecas y especialmente, temíamos de hacer el ridículo. Lejos de eso, el cholo de Miguel Mendoza Alarcón decidió ir por la puerta grande, con la esperanza de que alguien le ordene (quien fuera, ya le da lo mismo) para ver si sigue por la senda de su abuelo y consigue algo para el changarro al que llama «capilla».

Debemos elegir con quién discutir

Me refiero a la necesidad de ponernos firmes ante ciertas personas o grupos que nos realizan reclamos por no ajustarnos a su propio sistema hermenéutico. No siempre es fácil, y mucho menos agradable. En efecto, se corre el riego de herir sensibilidades o recibir reclamos. Hace varias semanas, por ejemplo, una persona a la cual estimo me informó que sus amigos de un grupo de WhastApp conclavista (sí, así como lo está leyendo) le recriminaban su comunicación conmigo. No es la primera vez. Hace algún tiempo me topé con una publicación similar en el sitio Caballero de la Inmaculada, allí un conclavista (¡sorpresa!) sostenía que reproducir o citar algo que yo hubiera escrito desprestigiaba a quién lo hiciera. Otro tanto ocurre con ciertas publicaciones en mi propio sitio: nunca falta quien, escandalizado exija:

«confiese si usted cree o no en la Constitución Apostólica X«,

«¡Diga con un sí o un no si usted afirma con fe verdadera si sostiene o no sostiene lo que promulgó el Papa Y!«

Mejor aún: «Le exijo que responda: cree usted con todo su corazón, sí o no, que el Romano Pontífice tiene la atribución Z según el Concilio…«.

Y naturalmente, no alcanza con las respuestas porque «usted debe responder con un sí o un no«, o porque algún espíritu sensible se «escandaliza que tu no pediste disculpas jamás al padre B cuando lo acusaste de ser un neófito ordenado de forma Express por Monseñor C que es un Santo Obispo Católico”.

Me pregunto ¿Por qué tendría que responder a sus exigencias y requerimientos? ¿Por qué tendría que abundar aún más en qué quiero decir cada vez que escribo algo? ¿Tengo que subir un diccionario para que se entienda que quiero decir con cada palabra que escribo? Ya una vez me vi obligado, a raíz de una conversación, precisamente con un conclavista (bien intencionado), a explicar algunas cuestiones sobre el lenguaje que empleo cuando escribo… Y ni hablar cuando alguien me repite las naderías de un teologastro como Sofronio/José Ramón Gonzalez Cipitria o el soporífero Homero Johas.

Estos vindicadores son un grupo de teologastros de blogs y youtube. Más allá de sus buenas intenciones, estas personas tienen una pésima o nula formación, alejada de los libros o claustros académicos, pero fundamentada en citas de artículos publicados en algunos sitios de Internet, lo que denominé anteriormente «teología fragmentada». El proceso es más o menos el siguiente: un laico está descontento o escandalizado con la Iglesia Conciliar, comienza a buscar por Internet y se topa con algún sitio sedevacanista, queda sorprendido ante las «evidencias» y sigue investigando. Busca más material, normalmente otros blogs, páginas de Internet, foros, videos en youtube y así se va «formando«. Al cabo de dos o tres semanas de «investigación» tenemos un «tradicionalista» furioso y fervoroso, dispuesto a «combatir por Cristo Rey» y que conoce los vericuetos más complejos de la teología tomista, es poseedor de la verdadera doctrina sobre el bautismo, tiene la capacidad de producir una obra completa contra el milenarismo, huele a kilómetros de distancia a herejes y cismáticos “infiltrados” y conoce cómo debe realizarse una reunión que ponga fin a la sede vacante… ¡Whoa! Pero no termina ahí, porque este mismo jovencito (hace sólo cuatro o cinco semanas batía palmas en una reunión modernista, se emborrachaba con cerveza barata o se «tiraba el lance» a cuanta mujer se le cruzara) ahora es además un nuevo autor que, con más celo que el mismísimo Bernardo Gui «denuncia» y «declara» las verdades que otros no se atreven ¡Whoaaa! y tiemblen… él «no tiene miedo» y está dispuesto a ser martirizado si fuera necesario para defender los derechos de la Santa Sede y de los veinte, o diecinueve (o dieciocho, ni él lo tiene claro) Concilios Ecuménicos y en su camino al martirio se llevará a cuantos pueda… cuchillo en liga… perdón, «cuchillo en mano«.

Ante semejantes personas ¿Vale la pena discutir? Mi respuesta es un rotundo “NO”. Yo me niego a discutir con personas cuyo pensamiento sea tan pedestre y básico. No acepto como interlocutor válido a un recién caído del catre que viene a pontificarme porque la semana pasada encontró un artículo en Wikipedia sobre la Misa Tridentina, o porque hace un mes se topó con un “canal de youtube que explica qué pasó realmente en la Iglesia Católica tras la muerte del Papa Pío XII”. No, no reconozco como interlocutor válido a quien pretende usar como argumento el primer resultado que vomita Google a la cuestión que pretende “refutar”, sea esta la doble procedencia del Espíritu Santo, la cualidad del primado de Pedro, la infalibilidad del Papa como doctor privado o lo que fuera.

No, no y no. Me niego a “discutir” sobre hermenéutica bíblica a quien nunca leyó de tapa a tapa las Sagradas Escrituras, con quien no conoce las lenguas sagradas, no tienen idea de las lenguas clásicas, ignora la Historia de la Iglesia y de la Teología y todo lo que “sabe” se basa en los fragmentos de citas colectadas en algún manual incompleto, pedestres documentos fotocopiados y peor escaneados, publicaciones corregidas que ya no se conoce ni cual es la versión “canónica” de la misma, y a partir de esas citas derivadas, plagiadas y sacadas de contexto, elaboran un psicodélico paradigma cantinflesco con el cual re-interpretan todo cuanto existe. No, no responderé a tales exigencias.

La opinión de un cuatro de copas que no puede entender aún lo más básico de un enunciado singular nos debe ser indiferente. Sus preguntas no son bien intencionadas, antes bien, buscan un elemento para acusarnos y exponernos. Aún recuerdo los primeros mensajes de Nicolás Gonella Neyra exigiendo una respuesta sobre “la interpretación literal” de Juan 3: 5. Imposible olvidar las pataletas de Cefas porque yo negaba el concepto que él tenía de monarquía… (el mío lo tomé de Aristóteles). La opinión de un pandillero como el imberbe de Miguel Mendoza Alarcón, el cual apenas puede pronunciar bien media frase, o un mamerto que presta a un travesti su estudio para una sesión de fotos me es indiferente. Por más que envíe cien mil mensajes usando todo tipo de alias y cuentas falsas de correo (¿entendió Ilustrísimo Niño Pablo?), con esa gente no se discute. No se discute. Mi niego a hacer algo más que reirme del merluzo de Miguel Mendoza, o tener lástima del alma atribulada del Niño Pablo, que sufre tales conflictos con su propia identidad sexual. Las cuestiones personales que quieran resolver, las resolveremos de forma personal.

Hay que elegir con quienes se dialoga. Es una cuestión de salud mental, pero también, de ortodoxia.

Cuando miro todo este bochornoso espectáculo, de personas que viven atacándose entre sí en Facebook, en Youtube, hacen «declaraciones», se excomulgan y creen que tres o cuatro de esos impresentables son «La Iglesia de Cristo», doy gracias a Dios por no formar más parte de ese mundo, por haberme alejado de los bosques de Tradistán.

Mi recomendación a los otros es bien simple: «¡Salid de ella pueblo mío!« (Apoc 18: 4), y a estos infames, que tienen un evangelio diferente al Evangelio Eterno, al Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, y en cuyos corazones no está la bienaventurada esperanza, ni les crucemos el saludo (2 Jn 1: 10).

Vacío y miseria: pseudónimos, múltiples identidades, trolls, merluzos y psicodélicos fantasiosos

¿Qué es lo que lleva a una persona a perder su tiempo enviando más de 300 mensajes que sabe, no serán publicados? ¿Qué extraña obsesión conducen a un ser humano a escribir varios mensajes como si se tratara de personas que están discutiendo entre si? ¿Qué le lleva a alguien a mofarse del ministerio sacerdotal y decir que “impondrá penitencia” sodomizando a una persona una y otra vez, una y otra vez, una y otra…

Hoy temprano, antes de que dejara otros 60 mensajes

Un hombre, desde España, que trata de parecer alguien ignorante en aspectos básicos del catolicismo y que en el pasado comentaba en Sursum Corda, suele dejar más de cincuenta mensajes por día. No basta ya con bloquear el correo electrónico, porque bien pronto se inventa otro para volver y pensar que así provocará algo. Usando múltiples alias ejercita día a día el descenso a los últimos peldaños de la dignidad humana, a la vez que trata de hacerse pasar por un fiel o sacerdote de la Iglesia Conciliar y dice «defender» a Bergoglio. Los insultos que vomita son tan graves y tan groseros que es imprudente e indecoroso reproducirlos, pero dejare una muestra de los diálogos de sus personajes.

Siguiendo el estilo de Nicolás Gonella Neyra

¿Quién es este energúmeno? Esto va más allá de que sepa o no de quien se trata. Esto tiene que ver con los motivos que le empujan a este comportamiento y por lo tanto, cuál debe ser nuestra actitud para con él.

¿Podemos responder su insulto? En el pasado traté de hablarle con caridad, aclarar todas las cosas que planteaba y demostrarle que su camino no era el correcto. Una y otra vez volvió con una saña y manía infrahumana.

El ἰδιώτης que firma como “Padre Benito Camelas” (sí… así…), “Padre Alberto Capelotas”, “Jacinto”, “Padre Borja Monserrano”, “Marcel”,  y a veces “Pablo” cree que ahora con los insultos puede ejercer algún tipo de censura, de presión o de algo que no sea compasión.

Sí, compasión.

Existe una creencia en ciertos ámbitos del tradicionalismo que lo único que puede sentir un “hombre” es furia contra cualesquiera que no sean ellos mismos. Evidentemente se trata de un problema psiquiátrico, un grave conflicto mental y espiritual que los conduce de manera inexorable a buscar enemigos y proyectar sus frustraciones y miedos en otras personas. Ejemplos sobran: tenemos los casos patéticos de Miguel Mendoza Alarcón, está el psicodélico Pablo de Rojas, el tristemente célebre y amargado Julio Aonzo o el Nicolás Gonella Neyra, hoy investigado por la justicia Uruguaya e internacional por cosas realmente terribles que apenas si podemos mencionar.

Es cierto, esta gente merece todo el rechazo. Pero lo mejor que podemos hacer es orar por ello. Así cumplimos el mandato de Nuestro Señor Jesucristo, porque si él nos pide que oremos por nuestros enemigos ¿Cuánto más debemos hacerlo por quienes ni llegan a ese nivel, y sólo van a tientas tratando de llenar los terribles vacíos que hay en sus existencias?

Miguel Alarcón. Futura atentada de ordenación de un hilarante camba nazi

La noticia está confirmada por fuentes conclavistas cercanas a Julio Aonzo. Antes de que termine el año y violando todas las normas eclesiásticas y racionales se procederá a la atentada de ordenación a Miguel Alarcón. El comentarista Enrique, se tomó el trabajo de realizar un importante dossier en PDF, con fotografías públicas de este rocambolesco personaje, que, entre otras cosas posee la increíble preparación teológica como pinchadiscos y milita en un partido nazi… sí, un camba nazi.

Miguel Alarcón trata de tapar los símbolos nazis en sus publicaciones,

La atentada de ordenación será realizada por Julio Aonzo, personaje bien conocido en los medios tradicionalistas y que tuvo su primavera en la segunda mitad de las décadas de 1980 y parte de 1990 cuando regenteaba un “convento” franciscano en Mercedes, Buenos Aires. Luego de haberse escapado con una mujer y pasar varios años en las sombras, comenzó a realizar un nuevo proselitismo con la intención de regresar, por supuesto, por la puerta grande. En efecto ¿Cómo un soberbio y pedante como Julio Aonzo podría pasar desapercibido y quedar como un simple seglar y penitente?

Luego de convencer al rocambolesco y senil Gary Alarcón Zegada, y tras aislarlo a él y al impresentable de su nieto de otros conclavistas, se hizo ordenar y consagrar obispo por segunda vez.

Fueron varias las publicaciones que Miguel Alarcón dedicó, en la página de Facebook del brazo religioso de su agrupación subversiva y neo-nazi a este sitio, y por supuesto a mi persona. En una del 19 de febrero de 2021 se refiere a mi persona como un “traumadito” y “un pobre mediocre sin sentido en su vida que como es frustrado en todo lo que hace, intenta sentirse alguien atacando a las personas dignas”. No sé a qué trauma se refiere él. Es cierto que tuve un par de accidentes en mi vida (dos fracturas de la pierna y una del brazo derecho, con años de diferencia) lo cual hablaría de mi torpeza, pero si se refiere a traumas psicológicos no los creo tener. Sobre las frustraciones en todo lo que hago, es un grave error. Tengo una vida normal y no puedo decir que me va mal. Soy un académico y tengo dos post-grados, uno en mi país y otro en USA, de por cierto en una de las mejores universidades del mundo. Soy profesor universitario, mis artículos se han publicado en revistas académicas, tuve la oportunidad de estar en congresos internacionales y de hecho trabajo en dos universidades en los Estados Unidos, donde resido. Llevo una vida ordenada, a diferencia de Miguel no soy ni un alcohólico ni un pendenciero, tampoco pretendo que me «ordenen» estando casado por civil, habiendo abandonado a mi esposa e hijo o corretear mujeres con las cuales sacarme fotos y publicarlas en Facebook.

A diferencia de él, tengo un trabajo normal y verdadero. A diferencia de él, que es un pinchadiscos y eso lo hace creer “músico”, sé tocar un instrumento musical (estudié violín desde los cinco años). A diferencia de él que apenas sabe escribir con coherencia y sin faltas de ortografía, estudié en varias universidades de Argentina y USA, recibiéndome y titulándome, no dejando jamás una inconclusa. De hecho trabajo de lo que estudié.

Sin embargo, a pesar de mis credenciales académicas, el disc-jockey que no puede escribir un párrafo sin la puntuación correcta o sin violar las normas ortográficas más básicas, me acusa de “Analfabeto Teologico”, bueno… tengo una maestría como mínimo y una tesis en historia de la teología por otro lado, dos diplomados en teología y otro en hebreo bíblico… pero el neo-nazi boliviano nos informa que “la autoridad del Obispo viebe (sic) de Dios, por Naturaleza del Sacramento”. El problema está que Miguel Alarcón desconoce la diferencia entre el poder de orden y el de jurisdicción, pero yo sería el ignorante, y él un semiasnarista al que pronto el mujeriego de Julio Aonzo impondrá las manos en una nueva atentada, como las que realizara en 1994 y 1995.

Este nazi-cholo o mejor aún, camba (en el III Reich no hubiera durado un minuto) ignora que el nacionalsocialismo está efectivamente condenado y que en sí mismo es una ideología perversa y anti-cristiana, totalmente neo-pagana e inspirada en el gnosticismo persa y las religiones hindúes. Aquí dejamos estos artículos para que se ilustre Miguel Alarcón:

Catolicismo y Nazismo (primera parte)

Catolicismo y Nazismo (segunda parte)

La condena de la Iglesia al nazismo: Mit Brennender Sorge

La condena de la Iglesia al Fascismo: Non abbiamo bisogno

Fantasías y herejías de los fariseos neo-nazis

El mal siempre se une: tradicionalismo, hinduísmo e Islam

El mal se está reconociendo a sí mismo

La sacerdotisa de Hitler

Quizás esto (y especialmente Non abbiamo y Mit Brennender) sirvan al merluso de Miguel como información.

Miente también Miguel Alarcón cuando cree que “refuta” algo publicado en Sursum al decir que “la potestad episcopal es de origen divino”, eso nunca se negó, de hecho lo afirmamos en reiteradas oportunidades, especialmente para aquellos que reducen a los obispos a meros vicarios del Romano Pontífice. Lo que explicamos (y quizás él no lo entendió y su esclerótico abuelo, menos) es que el poder de jurisdicción no es consecuencia de la consagración episcopal. Sostener que la consagración confiere jurisdicción ordinaria es un error presente en la eclesiología luterana temprana y mantentenida, entre otras en la iglesia danesa y la sueca. Condenada tal doctrina en Trento es levantada hoy por algunas sectas neo-conclavistas. Si él no lo sabe es su problema.

Pero el cólico mental de Miguel Alarcón no termina ahí, porque en una publicación del 18 de febrero sostiene lo siguiente:

El texto es confuso, no sólo porque está desordenado (o pésimamente construido), tampoco por una ortografía que induciría al suicidio a cualquier maestra de educación inicial, sino porque no tiene ninguna relación con la Sede Vacante. En efecto, en Hechos 20: 28 (¿no sabe como se anota una referencia bíblica el semiasnarista había Papa… o por lo menos así debería creerlo este personaje. Todavía Pedro estaba con vida, si mal no recuerdo. Además, el cholo sebáceo semiasnarista Miguel Alarcón desconoce los dos tipos de jurisdicción: la jurisdicción ordinaria (entregada por el Papa a los obispos) y la supletoria para situaciones de emergencia y que se encuentra explicada por teólogos y canonistas, y que es otorgada para situaciones excepcionales por extrema necesidad y urgencia. Quizás Miguel Alarcón podría leer esta bibliografía para comenzar:

Galliher, Daniel, Canonical Elections, Washington, Catholic Univ. of America Press, 1917.

Motry, Hubert, Diocesan Faculties According to the Code of Canon Law, Washington, Catholic Univ. of America Press, 1922.

Bliley, Nicholas, Altars According to the Code of Canon Law, Washington, Catholic Univ. of America Press, 1927.

Kearney, Raymond, The Principles of Delegation, Washington, Catholic Univ. of America Press, 1929

Connolly, Nicholas, The Canonical Erection of Parishes, Washington, Catholic Univ. of America Press, 1938.

Ryan, Gerald, Principles of Episcopal Jurisdiction, Washington, Catholic Univ. of America Press, 1939.

Riley, Lawrence, The history, nature and use of epikeia in moral theology, Washington, Catholic Univ. of America Press, 1948.

Sobre el texto de Gerald Ryan, llama la atención como el autor advierte sobre el problema de Hechos 20: 28 que, según él, sirvió de argumento a los luteranos que esbozaron así una eclesiología ligando la consagración con la jurisdicción, tal como se aprecia en Schmalkaldische Artikel. Sorprende que un prolífico teologastro como Julio Aonzo, el difunto “maestro” de religión Gary Alarcón y su estrambótico nieto ignoren algo tan básico.

También fue interesante leer como Miguel Alarcón atacó a Stehel por utilizar un nom de pluma y considerarlo sinónimo de corbardía. ¿Qué diría entonces de esta carta, publicada por el mismo Miguel Alarcón en su página, y redactada por Julio Aonzo, donde admite uno de sus tantos pseudónimos?

También hemos señalado, con Stehel las barrabasadas ornamentales del impresentable de su difunto abuelo, Gary Alarcón quien montaba una “celebración” en el changarro al que llaman capilla. Un solo ejemplo: ¿Alguien puede explicar por qué Alarcón usaba la estola por arriba de la casulla? En esta publicación, de hecho no sólo defiende a su abuelo de tal torpeza litúrgica, sino que profiere una extraña herejía, que quienes hacemos este sitio ya estamos condenados… ¿En serio? ¿No atenta eso contra la fe? ¿No implica una negación de los cánones de Trento?

Respecto al estado y calidad de los libros litúrgicos, el problema no está en que se trate de fotocopias de pésima calidad anilladas (en el mejor de los casos, la mayoría de las veces engrampadas según los mismos testigos) sino en que demuestra un total desprecio por el orden y la dignidad de la liturgia. Me explico ¿En todos los años en los que dijo ser obispo, nunca pudo cuando menos tener libros en buen estado y mediana dignidad? ¿Jamás aprendió a utilizar la estola, que por alguna razón misteriosa y que nadie puede responder, se la ponía por arriba de la casulla, generando la sorpresa de cualesquier monaguillo?

También recomendaríamos que Miguel Alarcón estudiara el trabajo de Nicholas Bliley  Altars According to the Code of Canon Law y que se sirviera de él para analizar el changarro que armó su abuelo, incluyendo las referencias al “ara”. Esto lo podría complementar con el tratado cuasi manualístico de Aloysius Feldhaus Oratories, de 1927, y por supuesto el libro de Nicholas Bliley Altars According to the Code of Canon Law. Quizás así se entere que no puede rezar misas secas sobre un altar… O por lo menos en lo que él y el senil Gary Alarcón llamaban de esa manera.

En este sentido, insistimos: la atentada de ordenación a Miguel Alarcón no sólo es grave por lo escandaloso del «candidato», un ser que carece de toda aptitud canónica e idoneidad moral para el caso, sino por provenir de un ambiente completa y absolutamente irregular y que en sus escritos y publicaciones públicas ha demostrado carecer de la más mínima preparación, no ya para las órdenes, sino para la primera comunión.

Finalmente, Miguel gusta de dar consejos (con una gorra puesta delante del «altar», dónde graba videos). Desde aquí le mandamos algunos: baja de peso, ordena tu vida privada, asume tus compromisos de estado, aprende a leer y a escribir, consíguete algunas introducciones a la fe católica, búscate un trabajo.

Julio Aonzo: su segunda consagración episcopal

El rumor era totalmente cierto. Después de muchos años de vagar por el mundillo tradicionalista de Internet, el señor Julio Aonzo, de quien existe un escandalozo testimonio, colmado de estafas y de engalos ha regresado a Tradilandia con toda la pompa y honores que siempre quiso: es «obispo». Naturalmente que su consagración espiscopal es total y absolutamente nula, o cuando menos dudosa, ya que proviene de la rama más espúrea del dudoso linaje Thuc.

Aquí está el video de la «consagración», realizada por «monseñor» Gary Alarcón. Naturalmente, los conclavistas se están organizando, y para ello veremos como, en poco tiempo más, lloverán nuevas consagraciones episcopales. En Estados Unidos y en México existen suficiente pseudo-obispos thucistas para consagrar a quien pase por la puerta de sus «oratorios» (changarros, garajes, lo que sea) bajo la condición de que apoyen luego el «Conclave».

La Iglesia Conciliar reinicia ataques en Bolivia

La noticia me llegó de primera mano y me dejó perplejo al comienzo, pero luego de reflexionar un poco me pareció de lo más natural. ¿Cuál es el signo de un sistema religioso esclerosado y moribundo, si no es la persecución y el ataque, aún el más chabacano, miserable y traicionero?

El obispo Richard Lipacho, Obispo de la diócesis de La Paz y Primado de Bolivia de la ICAB (qué posee ordenes válidas) en ese país recibió un violento ataque de parte del falso-presbítero de la Iglesia Conciliar del Vaticano II, Magno Huanco.

El ataque se suma a otros perpetrados por la Iglesia del Anticristo en el vecino país a otras comunidades con susesión apostólica válida y que se han negado a someterse a su «comunión» como es el caso de algunas Iglesias Ortodoxas y anglocatólicas. A la vez, la Gran Ramera del Apocalipsis (que aún no se ha terminado de formar) promueve el sincreitismo con todas las falsas religiones no cristianas, e incluso con grupos radicales con el fin de poder asegurar futuros persecutores durante la Gran Tribulación.

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